E-drugs ¿Un mito o una realidad?

E-drugs ¿Un mito o una realidad?

Este trabajo (el primero de tres sobre este tema) trata de analizar de manera breve y de una forma lúdica la existencia de las drogas auditivas virtuales, así como su efectividad.


Se cree que México es el tercer país a nivel mundial en el consumo de estas drogas, a pesar de ser desconocidas para muchos, lo que representa actualmente un posible problema invisible, sin embargo, la falta de investigación seria y metódica sobre este tema por parte de investigadores dentro de instituciones reconocidas, se presta a la mitificación de la efectividad o inefectividad de estas drogas virtuales.

Me veo dentro de un cuarto oscuro… todo está en silencio… todo es muy amplio.
Intento hablar para escuchar el eco de mi voz y así encontrarme dentro de esta inmensidad de soledad, pero al intentarlo nada sale de mi garganta.
Lo vuelvo a intentar, pero esta vez con mucha más fuerza, tanta que todo mi cuerpo se estremece, sin embargo, sigue sin producirse ningún sonido. Dejo de intentarlo.
Ahora me conformo con intentar traspasar esta oscuridad que me rodea y me abraza (y muy dentro de mi puedo decir que me consuela). Sin embargo, al igual que con el sonido de mi voz… no consigo nada.
Concentrado en esta oscuridad, un sonido intenso me sobresalta. Llega del infinito, me traspasa y sigue de largo hacia el horizonte. Busco su origen, pero todo paso muy rápido.
Pareciera como si ese sonido siempre haya estado ahí… estático… oculto… como si hubiera estado aguardando a que me distrajera, para luego hacerse presente en todos lados al mismo tiempo y sorprenderme.
El silencio vuelve a reinar en esta tierra de oscuridad. Por un momento creo que ese sonido nunca existió. Que solo fue un juego de mi mente que busca una salida a la soledad.
Otra vez aparece el sonido, pero esta vez es diferente… ¡viene acompañado de luz!
Claro, al igual que el primer sonido, todo pasa muy rápido y su luz solo fue un destello fugaz, pero fue muy claro. Ahora estoy seguro que el primer sonido si existió.
Después de este segundo sonido viene toda una lluvia de ellos acompañados de otra cascada de colores. Algunos de esos colores son realmente armoniosos, pero otros tantos son muy estrambóticos… tanto que marean.
Los sonidos, que son muy chirriantes llegan en pausas regulares y los escucho con inquietante independencia en un oído y luego en el otro. Lentamente siento que taladran mi mente.
Las pausas son caprichosas. Primero un sonido en el oído izquierdo, dos en el derecho … tres en el izquierdo, dos en el derecho … de nuevo, dos en el derecho, uno en el izquierdo …
Quiero encontrar un patrón de aparición. Saber por cual oído voy a escuchar el siguiente tono … perdón, tono no. Los tonos varían y este sonido no lo hace. Siempre el mismo sonido … la misma intensidad … siempre aparentemente aleatorio.
Entre el juego de la luz y el sonido, mi cuerpo comienza a experimentar algunas sensaciones. Mis brazos y piernas se comienzan a entumir.
Logro sentir como voy perdiendo el control de mis extremidades … como el letargo comienza a avanzar desde las puntas de mis dedos hacia dentro del cuerpo. Lentamente esa sensación de paz … de descanso … de equilibrio … se apodera totalmente de mí.
Respiro … respiro … respiro
Mi cuerpo se convirtió en roca … o más bien en un globo lleno de agua dentro de una alberca. Solo flota.
No baja. No sube. No siente el peso del agua dentro de él. No siente la presión del agua fuera de él. Solo existe.
En este estado solamente puedo mirar hacia el infinito y apreciar el extraño show de luces estrambóticas que aparecen y desaparecen sin ton ni son.

Después de un rato que parece toda una eternidad, comienzo a sentirme diferente… algo está cambiando en mi … algo está cambiando en el sonido …
Esa sensación de paz me está abandonando. Me comienzo a sentir diferente … como … como agitado.
No logro entender del todo por qué estoy saliendo del primer transe … de ese trance que me lleno de paz. ¡Ahora siento temor!
Comienzo a sudar un poco. Me sudan las manos. Me suda la frente. Comienzo a sentir miedo de la obscuridad que me rodea.
Lentamente el miedo se apodera de mi cuerpo, de mi alma, de mi esencia …
Todavía no logro saber qué cambio. ¿Cómo llegue de esa paz a este horror? Al poner más atención creo que noto un cambio en el ritmo del sonido. Ahora es mucho más errático que antes y mucho más rápido. Sigue llegando por un oído a la vez. Nunca se mezcla.
Me veo dentro de ese enorme cuarto … solo … indefenso. Ya no puedo más … comienzo a llorar.
Al abrir los ojos me doy cuenta que estoy rodeado de muebles. Hay mucha más luz de la que mis ojos que comienzan a adaptarse a ella pueden soportar. Los cierro para adaptarlos, pero en ese momento regreso a esa infinidad de soledad y al horror que conlleva … vuelvo a abrir los ojos y me esfuerzo por mantenerlos así. No quiero regresar a la oscuridad.
Ya recobrada la templanza de nuevo, veo que nada de lo anterior fue real. Todas esas sensaciones vividas (paz, miedo, excitación, entre otras), solo fue el efecto de una nueva droga. Una que no viene en paquetes, ni se aspira, ni se inyecta, ni se fuma, ni se come. En realidad, es una droga auditiva.
Si, leyeron bien, dije “droga auditiva”, que en la jerga snob se le conoce como e-Drug, lo que representa la última tendencia en drogas. Tal vez en este momento te sientas algo asombrado por esta nueva revelación, sin embargo, y sin intención de matar la magia que produce un nuevo descubrimiento, debo de confesar que esto no es algo tan nuevo, al menos desde su punto de vista estructural.

El origen de las e-drugs se deriva del estudio y refinamiento de los sonidos binaurales; lo cual desgraciadamente tampoco se puede considerar como una novedad, ya que el estudio de estos sonidos parte de hace más de 150 años, teniendo especial énfasis en medicina, psicopedagogía, estudios del sueño y relajación natural (Llancafil, 2013).

Ya de forma histórica se le atribuye al investigador alemán Heinrich Wilhem Dove que en 1839 describió al sonido binaural como señales de distintas frecuencias que suenan de forma diferente en cada oído. Cuando el cerebro lo procesa, se integra una tercera frecuencia de tono que es la llamada onda binaural. En 1985, Robert Monroe, investigador estadounidense especializado en la alteración de la conciencia, señaló que los tonos binaurales en frecuencias beta (de 16 a 25 hercios)están asociados a la concentración. Diez años después, un psicólogo canadiense originario de Malasia, Chock C. Hiew, realizó un estudio en el que demostró que los tonos binaurales de rangos delta (de uno a cuatro hercios) y theta (de cuatro a ocho) están asociados con la relajación, la meditación y los estados creativos, además de ayudar a conciliar el sueño (Fayos, 2011).
Pero … ¿y en qué consisten estos sonidos? Para comenzar, el termino de “binaural” significa “relacionado a las dos orejas”, (bi – dos, aurículas – orejas), de hecho, el usar esta palabra en vez del término “estéreo” es solo por circunstancias de la historia.

El sonido “estéreo” como lo conocemos es la grabación y reproducción de sonido usando dos canales de audio, contrario al sonido “monoaural” que solamente usa una fuente de sonido. Por lo tanto, si somos estrictos en los términos, el sonido estéreo es un sonido binaural.
La gran diferencia entre «estéreo» y «binaural» en este caso, es el modo de grabación: La grabación “estéreo” es
esencialmente cualquier grabación hecha con dos canales de audio, donde la señal de cada canal es diferente. Estas grabaciones se pueden hacer con 2 micrófonos Omnidireccionales (a veces llamados binaurales) o Unidireccionales (a veces llamado cardioides).
En una grabación estéreo, cuando grabas algo con 2 micrófonos separados por una distancia razonable, puedes obtener las ondas de sonido de manera diferente en cada micrófono; de esta forma cuando las reproduces, puedes percibir el espacio entre ellas, lo cual crea la imagen estéreo.

En la grabación binaural, existen 2 canales de grabación que son creados colocando 2 micrófonos omnidireccionales adentro, o lo más cercano posible de las orejas. Usando esta técnica, el torso, la cabeza y la estructura de la oreja afectan la manera en que las ondas sonoras son recibidas por los micrófonos; de esta manera la información de localización contenida en la onda sonora, queda registrada lo más similar posible para que el sistema auditivo humano la pueda descifrar.
De esta forma, los micrófonos captan con precisión la información sonora de todas las direcciones y producen grabaciones extremadamente realistas cuando se escuchan a través de auriculares.
Para efectos prácticos, vamos a hacer la distinción y relacionaremos el término “sonido binaural” con el sonido registrado binauralmente, que nos da como resultado la sensación de un sonido espacial o tridimensional (Moncisbays, 2011). Esta tridimensionalidad es la que se considera como la causante de los muy variados efectos (que se han documentado) viven aquellos que se han sometido a “terapias binaurales”.


Bajo lo anterior, podemos decir que la diferencia entre un sonido binaural y una e-drug, solo es su nivel de focalización, ya que el sonido binaural busca emular sensaciones de descanso, concentración, entre otras, las cuales las podemos considerar de amplio espectro sensorial, sin embargo, las e-drugs buscan emular exactamente la sensación que se tendría al utilizar alguna droga en particular. En otras palabras, son sonidos binaurales focalizados de espectro restringido.
De una manera más formal podemos decir que las Drogas Virtuales o Drogas Informáticas son archivos sonoros que, tras ser escuchados con auriculares (estéreo), y por un lapso aproximado de 30 minutos, producen los mismos efectos que las drogas tradicionales (Patrón,2013).
Pero … ¿y en verdad funcionan? Esto es un gran debate que existe entre muchos detractores de ambos lados del tema. Así como existen muchos casos documentados (en lo que respecta a los sonidos binaurales, ya que las e-drugs son mucho más nuevas y menos estudiadas) que hablan de los beneficios que traen las terapias binaurales en los niños con autismo, así como para mejorar la concentración y estimular la creatividad, también existen otros tantos que declaran que solo son aplicables a mentes sugestionables.

Pero antes de sacar nuestra conclusión, analicemos de una manera más profunda las repercusiones del sonido en nuestro ánimo. Es una realidad que la música tiene efectos muy marcados en el estado de animo de las personas. Existe música que nos pone de buen humor, otra que nos energiza, así como mucha otra que suele deprimirnos, y un ejemplo claro de esto está en todo el esfuerzo que se realiza en Hollywood para suministrar de la música adecuada a cada escena en una película, y si no me crees realiza este pequeño experimento: Pon una película de terror, cierra los ojos y solo escucha el audio. Eso es suficiente para que sepas que está pasando en cada momento de la película, cuando se acerca un ataque o está ocurriendo una persecución y con la suficiente concentración vas a sentir los mismos efectos anímicos que si estuvieras viendo las escenas.

Aparte de lo anterior y como un argumento que comienza a apoyar la eficacia de los sonidos binaurales (y de las e-drugs) está el hecho de que en la historia existe al menos una canción a la que se le asocia con muchos suicidios, por lo que se ganó el título de “la canción más triste del mundo”. Es canción llamada originalmente como Szomurú Vasárnap (Gloomy Sunday en inglés, Domingo Negro en español) fue escrita por el pianista y compositor húngaro Rezsö Seress en 1933. Durante mucho tiempo esta canción estuvo prohibida en gran parte del mundo, y cuando llego a Estados Unidos se le conoció como Hungarian Suicide Song (la canción húngara del suicidio). En general los suicidios que dejaban notas con letras de esta canción se documentaron tiempo después de que la canción salió al público, sin embargo, no existen muchos datos de que esta tendencia siga presente en la actualidad. La letra de la canción dice así:

No puedo respirar
Me duele el pensar
Que el tiempo puede curar mis heridas
Sintiendo que fui traicionado
El domingo negro todavía quema mis pensamientos
No puedo dormir
Ahora te fuiste de mi lado
No puedo fingir más esto
Creo que puedo culpar todo esto
Al juego de Dios
O explicar para que es mi vida
Atrapado en lluvia de invierno
No puedo recordar una palabra que dijiste
Llévate mi miedo por favor aférrate a mi
Me estoy cayendo
Cayendo Cambiare todo
Por otro día
Solo para sentirte y sentir tu calor
Pero hasta las fotos se desaparecen
EL domingo negro todavía quema mis pensamientos
No puedo ver
¿Te fuiste?
¿Las estrellan brillaron para ti?
Creo que puedo culpar de todo esto
Al juego de Dios
Fue la del destino el que te cargo
Siempre te llevas
Te llevas
Y me estoy cayendo
Me estoy cayendo
Me estoy cayendo
Me estoy cayendo

Hasta este punto se podría pensar que la existencia de una canción que cause una afectación tal; que lleve al que la escuche al suicidio es una prueba irrefutable de la efectividad del sonido en nuestro estado de ánimo, sin embargo, lo anterior es algo muy exagerado, ya que si analizamos el contexto histórico podemos ver una fuerte correlación de la depresión social, latente en el momento en que se hizo la canción con una enorme depresión económica que afectaba a Europa causada por la gran guerra y se comenzaban a sentir de nuevo las tensiones internacionales que años más tarde culminarían en la segunda guerra mundial. En sí misma la canción no tiene ningún efecto en una persona que la escucha. El efecto solo se da cuando sumas otros muchos, muchos, muchos más factores depresivos en una persona.

Difícilmente escuchar una canción triste te va a llevar al suicidio por sí misma. Entonces … ¿No sirven las e-drugs?
Yo no me atrevería a descartar del todo la efectividad de las e-drugs, y esto se basa más que nada, en que el sonido se ha utilizado como instrumento de tortura desde hace mucho tiempo por la CIA (entre otros muchos órganos de Inteligencia de todo el mundo).
La frase «música a muy alto volumen», o «loud music» en inglés, aparece 17 veces en el resumen ejecutivo que fue recientemente desclasificado sobre el aún-clasificado «reporte de tortura» de la CIA. No es secreto que Estados Unidos desplegó música a través de gran número de centros de detención, lugares secretos y prisiones para así desorientan y quebrar la voluntad de los detenidos (Anderson, 2014).
Entre los efectos que produce este loud music se habla de [ … la música a alto volumen que era utilizada en edificios de detención manejados por Estados Unidos no sólo era “tortura psicológica». «Los sonidos son la manifestación audible de ondas que se mueven por el aire, estas ondas necesariamente producen efectos físicos». El rango de estos efectos va desde la sensación inmediata de haber sido golpeado, hasta el desarrollo o el aumento de la hipertensión y la pérdida auditiva mucho después de las últimas notas de esta «paliza acústica» … ] De acuerdo a una nota en un memo de la CIA sobre interrogación del año 2005, la CIA mantiene «condiciones para los detenidos» en cada uno de sus centros de detención, donde son sometidos a «ruido blanco/sonidos a alto volumen (que no exceden los 79 decibeles)» durante distintas etapas de las interrogaciones. El memo del 2005 también dice que la Administración de Seguridad Ocupacional y Salud encontró que «no hay riesgo permanente o pérdida auditiva al escuchar continuamente por 24 horas ruidos de hasta 82 decibeles» (Anderson, 2014).

Si bien lo anterior no deja claro que las e-drug funcionen, si nos señala que el sonido; primero: es un tema de estudio por los organismos de Defensa Nacional (y no solamente de Estados Unidos), ya que aparte de su uso como medio de tortura se ha utilizado muchas veces como arma; segundo: el sonido evidentemente tiene un efecto no solo psicológico y anímico en las personas, sino también físico.
En lo personal soy creyente de que la efectividad de las e-drugs viene muy relacionada con la efectividad del hipnotismo.

No todas las personas se pueden hipnotizar y de la misma forma no todas las personas pueden sentir los efectos de las e-drugs. En ambos casos se necesita que la persona se someta a un ambiente tranquilo, y más que nada, que la persona esté dispuesta. Una persona que asiste a una terapia binaural o a una sesión hipnótica y va a la defensiva y no sigue indicaciones básicas, es muy difícil que pueda sentir algún efecto. Las terapias binaurales dependen de que el usuario permita a su cerebro detectar la onda binaural y que esa onda derive en el efecto de la tridimensionalidad del sonido, lo que requiere de cierto nivel de concentración. Los principios físicos son válidos y existen muchos investigadores que trabajan con sonidos 3d o sonido holográfico, mucho más allá de su aplicación como drogas, inclusive en México.
La falta de una conclusión definitiva sobre el tema se debe a la falta de investigaciones fiables sobre los fenómenos de conciencia alterada a través del sonido. Todavía falta mucha investigación y en los próximos años veremos nuevas tendencias sonoras, tanto como forma de tortura, armas, recreación, terapias, entre otras.
Finalmente puedo decir, que dada la estructura matemática y principios físicos presentes en el diseño de las e-drugs, difícilmente se les puede descartar como efectivas.

Bibliografía
Llancafil, V.N. (2013) Efectos de los Infrasonidos en la Conducta Humana. Universidad Austral de Chile. Facultad de

Ciencias de la Ingeniería. Escuela de Ingeniería Civil Acústica. Tesis de Licenciatura. Valdivia. Chile.
Moncisbays, R.Y. (2011) Sonido Binaural: Evolución Histórica yNuevas Perspectivas con los Paisajes Sonoros. Universidade do

Porto. Faculdade de Engenharia. FEUP. Tesis de Maestría. Porto.
Patrón, B.P. (2013) Drogas Informáticas y Terrorismo Informático: ¿Nuevos métodos del Delito o Mitos Digitales?: Análisis de la Realidad Peruana y el enfoque del mencionado delito dentro del Código Penal Peruano. FIADI.
Bibliografía web

COMES FAYOS, María. “’Drogas’ digitales, solo para mentes sugestionables”. Artículo publicado el 04 de agosto de 2011.
En: Da click aquí

Brian Anderson. ¿Por qué duele la tortura con sonido? Artículo publicado el 17 de diciembre del 2014.
En: Da click aquí

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