Autora: Mtra. Karla Loranca.
País: México-España
Si le preguntamos a cualquier persona cuál es el propósito de una prisión, responderá que es castigar a los delincuentes. “¡Línchenlos!, ¡mátenlos!” se ha gritado en las no pocas veces en que el pueblo ha tomado la “justicia” en sus manos y ha quemado a criminales sorprendidos in fraganti (o a turistas… o a policías).
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